Fuente: Religión en Libertad (ReL)
María es una mujer casada y con varios hijos que desde adolescente tenía sentimientos de atracción a otra chica. Aunque nunca tuvo relaciones íntimas con personas de su mismo sexo, cuenta cómo descubrió que las carencias afectivas de niña le provocaron unas heridas emocionales que le llevaron a buscar ese afecto, y una vez sanadas esas heridas tras hacer una terapia reparativa, logró revertir esa situación que tanto sufrimiento le había provocado.
Religión en Libertad publica el testimonio de María de forma íntegra, guardando su anonimato por razones obvias:
«Mi infancia fue la de una niña aparentemente normal en una familia numerosa. Mis padres intentaron hacer que nuestra vidas fuera buenas, pero nadie sabía lo que estaba sufriendo, especialmente en el colegio, donde me sentía poco valorada y querida, y me veía que no tenía nada importante en mi persona.
»Pensaba mucho cuál era el sentido que tenía mi vida y para que Dios me había hecho. Quería morirme y ya a los 11 paños no quería volver al colegio, por eso me tome unas pastillas para morirme pero no me salió bien.
»Dentro de mí había una niña acomplejada y en mi casa yo sentía que mi madre sufría porque mi padre era poco cariñoso y trabajaba mucho; así que yo en cierta forma hubiera querido compensar ese cariño para mi madre. Ella era lo que yo más quería, aunque no fuera su favorita, ya que se volcaba en la pequeña y yo quede en medio de la nada, como si no fuera necesaria para nadie.
»Con una historia de necesidad de cariño en un curso apareció una profesora que yo adoraba y en cierta forma algunas relaciones con amigas posteriores tendría mucho parecido en el cariño.
»Ya a los 17 años, con una de mis amigas que yo admiraba e idealizaba, llegué a sentir un cariño especial pero ya sexualizado, y eso me provocó un gran dolor porque eso no podía ser posible ya que mi amiga no quería nada de esas cosas y se asombró mucho cuando se enteró por una carta que yo le mandé.
»Yo de pequeña puedo decir que he tenido pequeños abusos como el típico que te ofrece dinero y te habla de no sé qué asunto que no entiendes y sales corriendo. O en una ocasión un señor frente a mí, en un tren, se tocaba sus partes y eso me hizo sentir que los hombres no eran buenos.
»Con estas pequeñas experiencias, unido a la necesidad de cariño; lo encauzé en mi amiga. Pero aquello se acabó y yo seguía con mis ligues normales, algunos de ellos me di cuenta que solo buscan aprovecharse de una, eso fue también algo muy negativo para mí pero eso no evitó que saliera la mujer que hay en mí y me enamorase del que es actualmente mi esposo.Mi vida matrimonial ha sido un regalo del Señor porque ese sentimiento de atracción me hacía mucho daño.
»Ya a los 32 volvió a salir ese sentimiento de atracción a personas de mi propio sexo a pesar de estar casada y tener hijos. Fue muy duro, y entonces decidí hacer terapia reparativa para saber que lo que me pasaba.
»En la terapia he visto mi necesidad de cariño materno y que eso de sexualizar a mis amigas eran productos de heridas emocionales.
»Gracias a Dios todo lo aprendido ha hecho que haya madurado en mi vida y sé lo que quiero.
»Nunca tuve ningún relación con ninguna mujer, eso hubiera sido algo desastroso porque cuando me he enamorado de alguna amiga pierdo mi personalidad dejándome dominar por la otra persona de forma neurótica y un cariño muy posesivo como queriendo acaparar a la persona solo para mí.
»Muchas “niñas sensibles” como yo pueden vivir vidas muy parecidas y el daño que se le hace tanto por nuestra sociedad como en el colegio diciéndole “tú eres así, porque sientes esas cosas”, sin mirar la profundidad del problema.
De esa manera la chica o el chico con estos tipos de complejos y carencia afectivas se pueden meter en un mundo que le hará mucho daño porque esas carencias no significan que sea lesbiana o gay, si no que son traumas sin resolver.
En el fondo la persona con AMS (atracción al mismo sexo) es el eterno niño en busca de cariño de la imagen del padre o de la madre que no pudo tener y buscando relaciones sexuales cuando el niño que hay en el interior no necesita eso si no otro tipo de amistad y de cariño que se pueden encontrar de forma sana, también hay que contar con los muchísimos caso de abusos y violaciones que dañan la sexualidad del joven-niño.
»Hay muchos chicos/as que, cogidos a tiempo, sus vidas pueden cambiar totalmente y podrán llevar una vida normalizada.
»Mi vida me gusta como es y la llevo con mucha dignidad y cuando me sale un recuerdo o sentimiento sé que es la herida del pasado pero sigo con mi vida que es la que me pertenece, como mujer».
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