Valores
Amor a la verdad
Nos esforzamos por ser sinceros y sencillos, buscando descubrir las cosas y comunicarlas tal y como son en realidad aunque resulten exigentes, sin ocultar ni modificar nada. Invitamos también a nuestros pacientes a hacer lo mismo siempre, ya que esa es una condición indispensable para poder conocerlos bien y darles la ayuda que realmente necesitan.
Calidad profesional
Además de tener una buena formación profesional, humana y cristiana, procuramos estudiar continuamente los temas relacionados con nuestro campo de trabajo para mantenernos al día y mejorar cada vez más el servicio que brindamos a nuestros pacientes.
Vocación de servicio
Tenemos el deseo sincero de ayudar a nuestros pacientes. Vemos nuestro trabajo como un verdadero servicio que hacemos a nuestros prójimos, valorando a cada persona y procurando su bienestar y felicidad.
Amabilidad y cariño
Nos esforzamos por tratar a todos nuestros pacientes con delicadeza y afecto, de modo que se sientan verdaderamente acogidos y comprendidos. Vemos en cada uno de ellos a un hijo de Dios, a un hermano nuestro, y deseamos vivir la caridad con todos, sin excepción.
Puntualidad
Estamos disponibles para nuestros pacientes a la hora convenida para su cita, y de buena manera les animamos a que lleguen siempre puntualmente a las mismas, de modo que ni ellos ni nosotros suframos pérdidas de tiempo o trastornos en las demás actividades y compromisos que se tengan programados.
Respeto
Somos conscientes del valor de cada persona, así como de sus ideas y creencias religiosas. Tenemos una actitud de sincera apertura a la pluralidad de pensamiento y a las distintas creencias religiosas. Defendemos la legítima libertad de las personas, tanto la nuestra como la de nuestros pacientes, siempre dentro del marco de la rectitud moral natural y las buenas costumbres.
Solidaridad
Damos prioridad al servicio que brindamos a nuestros pacientes y no al dinero que podemos percibir por nuestro trabajo. Nuestras consultas son accesibles para la mayoría de las personas y, cuando alguno de nuestros pacientes tiene verdaderas limitaciones económicas, estamos abiertos a atenderles a un precio inferior, siempre que esté dentro de nuestras posibilidades reales.
